Hola, mi nombre es Andr�s y vivo en la ciudad de M�xico, actualmente tengo 30
a�os y quiero contarles una historia 100% real de lo que un d�a me sucedi� y
c�mo fue mi primera y �nica experiencia gay. Aunque considero que no soy
homosexual, hace aproximadamente tres a�os tuve una relaci�n de sexo con otro
hombre.
Soy casado desde los 22 a�os, he tenido varias parejas sexuales de sexo femenino
y nunca en mi vida me sent� atra�do por un hombre. Hace 3 a�os ingres� a laborar
en una empresa, donde desarrollaba labores administrativas. Un d�a sal� de mi
casa como de costumbre y me dirig� a la estaci�n del metro como lo hac�a todos
los d�as y como ya es normal en esta ciudad, en las primeras horas de la ma�ana
todas las estaciones del metro est�n muy congestionadas por tanto usuario, as�
es que aprendes a ganar un lugar en el vag�n bas�ndose en empujones y jalones.
Qued� hasta el fondo del vag�n, bastante apretado y demasiado pegado el cuerpo
de otros pasajeros. Para mi mala suerte, el tren se iba deteniendo entre una
estaci�n y otra hasta dos veces antes de abrir sus puertas y tardaba no menos de
tres minutos en reanudar su marcha. El recorrido que yo hago es de 8 estaciones,
as� que me acostumbr� a que viaj�ramos como sardinas enlatadas. De pronto sent�
la mirada penetrante de un se�or, su mirada era rara, me hizo sentir inc�modo,
sin embargo no le di mayor importancia. El tren continu� su marcha y a m� se me
olvid� el se�or que me observaba.
Cuando reaccion�, el se�or que me ve�a desde hac�a rato, ya estaba a mi lado.
Totalmente pegado a mi cuerpo; mi intenci�n fue volver la cara y echarle una
mirada de pocos amigos, pero justo en ese momento me di cuenta que en su mano
izquierda tra�a un cuchillo y con la otra mano me hac�a se�as para que me
callara. Yo pens� que se trataba de un asalto y me dio mucho temor, as� es que
me qued� callado y desvi� la mirada para otro lado, esperando que me sacara la
cartera y se fuera. El se�or se fue acomodando atr�s de m� y puso la punta del
cuchillo a la altura de las costillas y presion� un poco, yo cre� que me iba a
herir. Esa persona era de mi estatura, de cuerpo robusto, barba y bigote, vest�a
de traje y corbata, en general su apariencia era elegante, no ten�a la pinta de
ser un asaltante. Cuando se hubo colocado perfectamente atr�s de m�, sin quitar
el cuchillo de mi costado, se empez� a repegar totalmente a mi cuerpo, acerc� su
cara a la m�a y en un susurro me dijo: �hijo de la chingada, si la haces de pedo
te mato cabr�n� Yo estaba paralizado por el miedo, as� es que no hice
absolutamente nada y me qued� muy quieto.
Empec� a sentir c�mo pegaba su verga a mis nalgas y con una mano jalaba mi
cuerpo hac�a �l. Fue tanto lo que presion� que claramente sent� c�mo su verga se
empezaba a hacer grande. Yo segu�a sintiendo en mi costado la presi�n del
cuchillo y me mantuve en mi lugar, sin hacer nada. De forma muy ligera empez� a
hacer movimientos r�tmicos de mete y saca. Restregaba su pene muy fuerte en mis
nalgas y aunque los dos ten�amos la ropa puesta, yo sent�a c�mo su verga quer�a
entrar por mis nalgas. De nuevo peg� su cara a la m�a y con voz muy baja me
dijo: �as� cabroncito, as�, y vivir�s mucho tiempo� Yo estaba totalmente
aterrado, nunca me hab�a sucedido algo parecido. Jal� una de mis manos hac�a
atr�s, coloc�ndola a la altura de su verga, hizo que le bajara el cierre de su
pantal�n, meti� mi mano entre sus calzones y la dej� en su verga, hizo que se la
agarrara y as� continu� haciendo movimientos circulares en mis nalgas. De
pronto, dirigi� una de sus manos al cierre de mi pantal�n, muy despacio lo baj�
y meti� tres de sus dedos entre mis calzones. Empez� a rascar y jalar mis pelos,
con movimientos lentos y ligeros
�Qu� me sucedi�?, la verdad, no lo s�, posiblemente el momento, los nervios, el
miedo o qu� s� yo, el caso es que me excit�. La verga se me puso dura y el aroma
de su loci�n me gust�, me calent� m�s. Cuando el tren lleg� a la estaci�n, sac�
r�pidamente la mano de mi pantal�n y me subi� el cierre, guard� el cuchillo, a
empujones baj� del vag�n y ech�ndose a correr por el pasillo se perdi� de vista.
Yo estaba petrificado, con la mente en blanco, sin saber qu� hacer y excitado.
Cerr� mi saco para disimular mi erecci�n. Dos estaciones m�s adelante me baj�
dirigi�ndome a la oficina. Cuando llegu� me met� al ba�o, estaba muy agitado y
mi verga continuaba en erecci�n, as� es que me baj� el pantal�n y el calz�n,
agarr� mi verga, la presion� lo m�s fuerte que pude y con jalones muy duros me
masturb� hasta venirme. Me salieron chorros de semen, dispar� tan fuerte que
llegaron al espejo del lavamanos, nunca en mi vida me hab�a corrido con tanta
fuerza como en aquella ocasi�n.
Pasaron los d�as y no pod�a olvidar aquella experiencia, recordaba
claramente el miedo y la sensaci�n de placer que tuve. No fueron pocas las
veces que me masturb� para aliviar la tensi�n de mi verga. Fueron varias
chaquetas en el ba�o de la oficina, en mi casa, en los ba�os del Vip�s. Me
di cuenta de que algo raro suced�a en m�, porque cuando hac�a el amor con
mi esposa y ella me agarraba las nalgas, de inmediato sent�a esa sensaci�n
de miedo y placer al mismo tiempo. Se cre� en m� una duda y me preguntaba
qu� se sentir�a al ser penetrado.
Me platic� un compa�ero que en una ocasi�n se qued� a laborar hasta tarde
y ya todo el personal se hab�a retirado cuando en esos momentos lleg�
nuestro jefe (el due�o de la empresa) y estaba algo tomado. Despu�s de
saludarse y comentar qu� hac�a trabajando tan tarde, se meti� a su
despacho y sigui� bebiendo �l s�lo. Como el ba�o de su despacho estaba en
reparaci�n, a cada momento sal�a a orinar a otro ba�o. En una de esas, ya
visiblemente pasado de copas, entr� al ba�o y no sal�a, por lo que mi
compa�ero entr� para ver si estaba bien. Me dijo que nuestro jefe estaba
recargado en la pared, con lo ojos cerrados y con la verga parada, la
ten�a de fuera. Haciendo una expresi�n chusca dijo: ��que verga!, le
medir�a unos 22 cm.� Me re� por su expresi�n y terminamos la pl�tica.
Desde ese d�a, cuando ve�a al jefe, mi vista se dirig�a a su entre pierna. Es un
se�or que en esa �poca ten�a 40 a�os, casado, con hijos, con sobrepeso, barba y
bigote, cabello casta�o oscuro, piel morena, de 1.75 de estatura, algo velludo.
Dista mucho de ser un gal�n, sin embargo tiene mucha personalidad, su voz y
apariencia es muy varonil y es muy culto. En conjunto, eso lo hace ser un se�or
muy interesante. Empec� a fantasear con su figura, me lo imaginaba en el vag�n
del metro presion�ndome las nalgas con su verga.
Una ocasi�n me fui a dormir bastante excitado, me acost� sin calzones y lo
so�� desnudo, le ve�a la verga parada, yo mamando hasta que se corr�a en
mi boca y me com�a su semen. Sujet�ndome por la cintura me pon�a de
espaldas, me met�a la verga por el ano y yo estaba disfrutando tanto que
me daba un orgasmo. Fue tan real ese sue�o, que despert� sofocado y
sudando, ten�a el abdomen y el est�mago lleno de semen; eyacul� estando
dormido.
Por cuestiones de trabajo, seguido ten�a que entrar al despacho de mi jefe y
continuamente nos pon�amos a platicar. Las conversaciones giraban sobre temas de
sexo. Me dec�a que ten�a mucha experiencia en la cama, que sus viejas quedaban
hechizadas despu�s de haberles hecho sexo. Ya en confianza, empezamos a hablar
de cu�nto le med�a a cada qui�n el pene. �l dec�a que la suya era muy grande,
aunque no me dec�a el tama�o, yo ya lo sab�a. En un af�n de presumir, yo dije
que seguramente la m�a era mayor e iniciamos un debate de qui�n la tendr�a m�s
grande. A m� ya se me hab�a parado, as� es que en tono de broma propuse que
hici�ramos una apuesta y nos la midi�ramos, quien perdiera tendr�a que pagar
unas cervezas.
Se ri� y dijo: �Mire Andr�s, le puedo asegurar que usted va a perder, no sabe
ni lo que est� diciendo� (siempre nos hablamos de usted), agarr� valor y un poco
m�s serio, le dije: ��pues va!, hay que medirlas �c�mo ve?, si usted pierde,
tendr� que ir personalmente por las cervezas, sin que vaya a mandar a su chofer
o alguno de sus escoltas� Eso era lo que menos me importaba, yo buscaba verle la
verga. Seg�n yo, solamente era morbo, estaba seguro que no eran deseos
homosexuales. Despu�s de estar bromeando, mi ex jefe dijo: �Sale pues, tr�igase
una regla y p�ngale seguro a la puerta�. Despu�s de hacer lo que me indic�, me
dijo que primero la midiera yo.
Suspir� hondo, baj� el cierre de mi pantal�n, me baj� un poco el bikini
que tra�a puesto ese d�a y me la saqu�, la puse bajo la regla y vimos que
med�a 19 cm. �l dijo: �Ya se chingo Andr�s�. Me la guard� y le dije:
�Ahora sigue usted�, se puso de pie, desabroch� su cintur�n y su pantal�n,
se baj� el cierre y baj� un poco su pantal�n, yo me qued� como hipnotizado
viendo c�mo bajaba poco a poco el frente de su bikini y sali� una mega
verga, gruesa, sin circundar y cabezona. La acomod� sobre la regla y le
midi� 21.5 cm. Como perd�, tuve que ir por las cervezas, pero primero
entre� al ba�o y me masturb�. Regrese con 12 cervezas fr�as y nos pusimos
a tomar.
Como era de esperarse, nuestro tema de pl�tica fue sobre cuestiones de sexo.
Cuando se acabaron las cervezas, mand� a su chofer por una botella de co�ac.
Continuamos tomando y ya achispados por el vino, me la volvi� a ense�ar, la
medimos otra vez y fue exactamente lo mismo. A partir de ese d�a, yo no sab�a
qu� pasaba conmigo, pero cada d�a se me hac�a m�s la fantas�a de que mi ex jefe
me penetrara y poder mamarle la verga. Era un constante desconcierto de mi
parte, por un lado lo deseaba, pero por otro, me aterraba pensar que yo fuera
homosexual. Aproximadamente un mes despu�s, una tarde me invit� a tomar con �l
en su despacho una botella de co�ac. Ya adentrados en la pl�tica, sali� el tema
de cual era la fantas�a m�s cabrona que yo ten�a y despu�s de estarle dando
vueltas al asunto, y ya excitado, le dije que me gustar�a saber qu� se sent�a al
mamar una verga y que me la metieran por el culo.
Despu�s de haberle dicho todo sobre mi fantas�a, reaccion� y pens� que ya
la hab�a regado. Sin embargo, �l solamente se me quedaba viendo y no dec�a
nada. Debo decirles que yo desciendo de familia �rabe, creo que no soy mal
parecido, soy de piel api�onada, mido 1.75, delgado de 71 kilos, de
cabello muy corto, de ojos grandes y azules, pesta�as rizadas, mi abdomen
est� marcado por el ejercicio del gym, mis nalgas y mis piernas son muy
duras porque practico mucho ciclismo y f�tbol, soy medio velludo, incluso
mis nalgas est�n velludas, como ya les dije mi verga mide 19 cm. y no me
han hecho la circuncisi�n. Bueno, tratando de aliviar un poco la tensi�n
que yo sent�a, le dije a mi ex jefe que ahora le tocaba a �l decirme cu�l
era su fantas�a sexual m�s cabrona, empez� a platicarme y jam�s lo habr�a
imaginado. Aquel se�or con tanta personalidad, culto, asquerosamente
millonario, rodeado siempre de damas bellas, que sab�a hacerle sexo a las
mujeres como solamente �l sab�a, ten�a una fantas�a sexual con un hombre.
Me platic� que �l ten�a un amigo que en una ocasi�n le platic� que una
vez, estando muy caliente, se cogi� a otro hombre. Su amigo le dijo que
fue por mera curiosidad, y nunca lo hab�a vuelto a repetir.
Le dijo que era una sensaci�n muy diferente a lo que hab�a sentido antes, que se
sent�a muy rico c�mo apretaba el ano de un hombre, que acariciar el cuerpo de un
hombre era muy sensual. Me dijo que despu�s de esa pl�tica no se pod�a quitar de
la cabeza hacerlo con un hombre. Estuvimos mucho tiempo platicando sobre lo
mismo, a resumen �l me dijo que no ten�a nada de malo mi fantas�a, como tampoco
ten�a nada de malo la de �l, ya que se trataba solamente de eso, una fantas�a.
Aunque no est�bamos ebrios, el vino nos hab�a causado un relajamiento total, y
los dos la ten�amos bien parada. De repente y sin que yo lo esperara, me dijo
qu� pensar�a yo si �l me propon�a que en ese momento los dos realiz�ramos
nuestra fantas�a er�tica. Me qued� helado, sent� fr�o en el estomago, sent� como
burbujas en el ano y no supe qu� responder. Cuando poco a poco me calm�, me re�
muy nervioso y le dije que en realidad yo no quer�a hacerlo.
�l se puso de pie y se dirigi� hac�a m�, me dijo: �Venga, yo creo que s�
quiere�, me puse de pie y se puso frente a m� y se me qued� viendo a la
cara. Yo baj� la vista y pude verle el tremendo tolete marcado bajo el
pantal�n. Me tom� de la cintura y me volte� de espaldas a �l, poco a poco
se me fue acercando hasta que recarg� su verga en mis nalgas. Me empin�
sobre el escritorio, me dijo que parara las nalgas y sin soltarme de la
cintura, cada vez presionaba m�s con su verga. Yo empec� a jadear de lo
excitado que estaba y de nuevo sent� esa sensaci�n tan rara de placer y
miedo, como cuando me sucedi� en el vag�n del metro. Primero me quit� los
zapatos, luego los calcetines y despu�s me puso frente a �l. Me quit� la
corbata y sac� mi camisa del pantal�n, pas� su mano por mi espalda y
abdomen, con los dedos de una mano agarraba mis vellos del abdomen y con
la otra agarraba mis tetillas. Yo sent�a que por todo el cuerpo me
caminaban hormigas, aunque yo trataba de evitar jadear, no pod�a. Sent�
algo de miedo y rechazo por lo que ya sab�a que iba a pasar, sin embargo
me gustaba mucho y mi placer era m�s grande que mi temor.
Desaboton� mi camisa, la dej� caer al piso y me quit� la camiseta, poco a poco
me desabroch� el cintur�n y el pantal�n, baj� el cierre y meti� sus manos entre
mis calzones para acariciarme las nalgas. Como a m� me gustaba todo eso, me
decid� y pens� que era el momento de llevar a cabo mi fantas�a er�tica.
Mi ex jefe acerc� su boca a mi o�do y en voz baja me dijo: �Andr�s, usted tiene
las nalgas muy duras�, me lleg� al aroma de su loci�n, a m� me excit� mucho ese
olor a hombre fino. Me baj� el pantal�n por completo y me lo quit�, solamente
dej� el bikini de color azul marino que me puse ese d�a. Est�bamos abrazados de
frente, sus dos manos estaban acariciando mis nalgas, cuando de repente sent�
c�mo empez� a meter un dedo por mi ano. Yo sent�a calor en el culo y me daba
cosquillas. Me solt� y se quit� la ropa, cuando baj� su pantal�n pude ver sus
piernas y abdomen velludos, tra�a puesto un bikini negro, de esos que tienen
descubierto el muslo y pude ver c�mo la verga se le sal�a por arriba del
resorte. Me dijo que me agachara, me hinqu� y se acerc� a m�, me tom� por la
cabeza y restreg� mi cara en su verga.
Ya no pude m�s, le baj� el calz�n y dej� de fuera esa inmensa verga que ya
estaba h�meda de l�quido seminal. Abr� la boca y me la empec� a tragar
toda. En un principio me dio un poco de asco, pero lentamente le fui
encontrando sabor y termin� por gustarme. La ten�a presionada con una mano
y se la jalaba muy duro. Le pasaba le lengua como si fuera una paleta y la
volv�a a meter y a sacar. Aguant� mucho, hasta que sent� c�mo sus piernas
se pon�an muy duras y se mov�a mucho, empez� a gemir y me dijo: �Me voy a
venir Andr�s, c�mase toda la leche� y le empezaron a salir chorros de
semen, con mucha fuerza. Me cayeron en la cara, en los labios y dentro de
la boca, yo la segu� chupando, con mi lengua recog�a lo que estaba fuera
de mi boca y con un dedo juntaba los que me cayeron en la cara y me los
com�a. No s� cu�ntos chorros avent�, pero fue mucho lo que sali�.
Se dej� caer en un sill�n y me dijo: �Viene lo mejor� Yo respond� que no me
gustar�a que me penetrara, que mejor otro d�a. �l me dijo que ser�a en ese
momento, que ya hab�amos empezado y ser�a hasta el final. Me dijo que me bajara
los calzones y me hiciera una chaqueta delante de �l, que quer�a ver c�mo lo
hac�a. Yo hice lo que me pidi�, as� es que me quit� por completo el bikini,
agarr� mi verga con las dos manos y me la jal� muy duro. �l sentado en el
sill�n, observaba c�mo me pajeaba, acariciaba su verga y poco a poco se le
empez� parar.
Cuando estaba a punto de venirme, me detuvo y me dijo: �Agu�ntese tantito
Andr�s, primero pare las nalgas� me sujet� de la cintura, me empin� en el
sill�n, qued� con el culo bien parado y las piernas abiertas. Abri� el
caj�n de su escritorio y sac� un cond�n, un sobre que ten�a crema para las
manos y se coloco detr�s de m�. Se unt� la verga con crema, unt� otro poco
en sus dedos y me meti� uno por el ano. Yo sent� dolor, como si me doliera
el coxis, estuvo metiendo y sacando el dedo hasta que sent� que el dolor
disminu�a, luego me meti� dos dedos y de nuevo me doli� a madres, as�
estuvo otro rato hasta que el esf�nter se me dilat�.
Me tom� de la cintura con sus dos manos y me dijo: �Ahora s� Andrecito, va
a saber lo que es la verga�, primero me la estuvo pasando por entre las
dos nalgas, por la raja del culo, luego con sus dos manos abri� mis nalgas
y dej� mi ano al aire. Yo sent� c�mo recargaba la cabeza de su verga en
mi ano, y poco a poco fue empujando. Sent� el dolor m�s hijo de la
chingada que en mi vida he sentido, en un principio es dolor y ardor, es
como si me hubiera golpeado el coxis. Sent�a que me part�a en dos, hasta
las l�grimas se me salieron y ten�a ganas de vomitar.
Le ped�a que por favor me la sacara, pero �l me dec�a que me relajara y aflojara
el ano, as� se me pasar�a m�s r�pido, que empujara un poco para que me entrara
m�s r�pido. Se me fue pasando el dolor y sent�a un calorcito muy rico en el ano.
Cuando me la meti� toda, sent� sus pelos en mis nalgas y c�mo sus
test�culos pegaban en mis piernas. Me tom� por el abdomen y me abraz�, se
qued� muy quieto. Cuando a m� se me pas� por completo el dolor y ya
solamente sent�a placer, comenz� a meter y sacar su verga, primero eran
movimientos lentos y circulares. Pasado un rato, en el que yo no pod�a
dejar de gemir, cambi� a un ritmo muy r�pido y fuerte, me la sacaba casi
toda, solamente dejaba la cabeza adentro y despu�s la volv�a a meter de un
solo golpe. Yo ten�a los ojos cerrados, era la sensaci�n m�s placentera
que hab�a sentido hasta entonces, era algo as� como cosquillas en el culo
y al mismo tiempo ten�a ganas de orinar, sent�a que por todo mi cuerpo
caminaban hormigas y me daban cosquillas hasta en el cuero cabelludo, me
daba la impresi�n de que me quer�a venir, pero la sensaci�n duraba mucho.
De pronto, el placer se hizo muy intenso y sent� que mi cuerpo explotaba.
Me dio un orgasmo intens�simo, nunca en toda mi vida he sentido otro
igual. Me salieron chorros de semen, mis piernas y el sill�n en el que me
recargaba quedaron escurridos. En eso estaba, cuando mi ex jefe aument� la
velocidad del mete y saca, jadeando como loco me apretaba las nalgas con
sus dos manos; lanz� un grito y me sac� la verga, se quit� el cond�n y
arroj� sobre mis nalgas y espalda r�os de semen. Con la mano me los
embarr� por todo el cuerpo.
Nos sentamos en la alfombra y juntos de lado, entrelazamos las piernas. Me
agarr� una mano y con ella me hac�a recorrer su verga, sus bolas y sus pelos del
pubis. Cuando de nuevo se le par�, me dijo que le hiciera una chaqueta, as� es
que cruc� mi mano derecha y le agarr� la verga para jal�rsela. Con m� otra mano,
agarr� la m�a y al mismo tiempo me la hice y se la hice. No pas� mucho tiempo
para que yo me viniera primero, despu�s se vino �l. Cuando sinti� que se ven�a,
se puso de pie y me ech� sus mocos en el pelo.
Nos metimos al ba�o y nos limpiamos el cuerpo, luego nos vestimos y cada cual se
fue para su casa. Al d�a siguiente, cuando me levant�, sent�a un boquete en el
culo como de � metro, pero al cabo de tres d�as ya sent�a mi culito normal.
Pasaron quince d�as en los que casi no hablamos, solamente cuestiones muy
estrictas de trabajo. Repentinamente, un d�a me mand� llamar y me pregunt� qu�
pensaba de lo que sucedi� entre nosotros. Yo le dije que nada, que de hecho no
daba mayor importancia a algo que no lo ten�a. �l me dijo que era lo mejor, pero
como due�o de la empresa, no pod�a arriesgarse a que alguien se llegara a
enterar, pues todo mundo lo conoc�a en un mundo netamente heterosexual. Para �l
hab�a sido s�lo curiosidad el hacerlo con otro hombre y ese d�a se prestaron las
cosas: �Es libro cerrado y punto�, hasta ese d�a trabaj� en su empresa. Me dio
una gratificaci�n exageradamente considerable que me permiti� vivir sin trabajar
durante casi seis meses que no encontraba otro empleo y todav�a me queda algo
ahorrado en el banco.
En la actualidad ya no tengo m�s esos sue�os er�ticos, ya no me llama la
atenci�n la verga, de hecho me da risa cuando lo recuerdo, no me arrepiento de
que me hayan cogido, en su momento me gust� y lo disfrut�. Los primero d�as me
masturbaba pensando en eso y me daba temor el pensar en convertirme en gay o
bisexual. Sin embargo, ahora s� y estoy plenamente convencido de que soy 100%
heterosexual y que no lo volver� a repetir.