Yo soy Pablo, y Juan ha sido una relaci�n muy fuerte en mi
vida. Nos encontramos en una plaza, en Montevideo, como a las
nueve de una magn�fica noche (Juan es muy alto, es obrero en
la construcci�n, por lo que tiene un cuerpo estupendo).
Hablamos de varias cosas hasta que le propuse ir a mi casa. Me
sorprendi� su pregunta: ��qu� te gusta hacer?�
Le respond� que, con un hombre tan estupendo como �l, me
gustaba todo lo que podemos hacer dos machos. �l manifest� su
acuerdo y, puesto que mi casa estaba muy cercana, fuimos
caminando.
Al llegar a mi casa, no quise apresurar la situaci�n y nos
tomamos, tranquilamente, una cerveza, pero, tanto yo como Juan
dese�bamos tocarnos, abrazarnos, besarnos; lo que ocurri�
despu�s de tomar apenas dos tragos.
Ambos est�bamos empalmados, se nos ve�a claramente por lo que,
en un momento, le di un besote de lengua de no olvidar porque
�l respondi� con lo mismo. All� empez� un juego de abrazos,
besos y manoseos que terminaron en una desnudada mutua: las
camisas de los dos primero, luego los pantalones, todo eso en
un constante besuqueo y toqueteo por todo el cuerpo. Est�bamos
en la sala y, con movimientos suaves, lo fui llevando hacia el
dormitorio. Juan reaccion� muy r�pidamente cuando vio la cama
y me dijo bromeando: ��aqu� quer�as traerme? �Esto no hace un
hombre con otro hombre?...aunque eso quer�a y quiero�.
Yo ya estaba tan caliente que lo tir� en la cama y empec� a
besarlo y a frotarme contra ese cuerpo maravilloso. Cuando
empec� a chuparle la verga, �l instant�neamente, levant� las
piernas, dici�ndome: �ch�pame el culo, te lo estoy ofreciendo,
dale, p�sale la lengua. Pas� lengua hasta que ya ambos
quer�amos algo m�s.
Siempre tengo condones en la mesita de noche, saqu� uno y le
dije �guapo, toma esto, me forras la verga y te la meto por el
culo�. En unos segundos, estaba forrado, lubricado y con un
maravilloso culo abierto delante de m�. Hice lo que quer�a;
empec� a meter mi verga dentro del culo de Juan con sus
piernas sobre mis hombros. Cuando le met�a la cabeza, se quej�
algo. En cambio, a medida que le entraba, me ped�a m�s y m�s y
m�s, hasta que mis huevos llegaron a tocarle el culo. Le dije:
�Se acab�, ya te met� toda la verga, ahora la voy a mover para
que la sientas en tu culo�. Mi tarea fue extraordinariamente
agradable: Juan empez� a moverse, contorsionaba el culo en
torno a mi verga, mientras nos toc�bamos los pechos, yo iba
hacia �l para besarlo a lo que �l respond�a con su lengua y
d�ndome unos abrazos que me dejaban sin aliento. El ensamble
era perfecto y total. Sin hablar, nos mov�amos en una
sincronizaci�n sin errores. Empec� a pajearlo al mismo ritmo
con que le enterraba la verga en el culo. �Qu� culo! Apretado
pero cediendo y abri�ndose a cada embestida m�a. Finalmente,
los gemidos de ambos se hicieron m�s fuertes, segu� con mis
movimientos lentos, para que aquello durara m�s, hasta que un
largo y poderoso chorro de leche le sali� de su verga dura. Yo
sent� que la m�a se hinchaba a�n m�s y, al instante, largu� la
leche en el cond�n. Aquello me pareci� el mejor polvo de mi
vida...no sab�a lo que seguir�a!!!
Saqu� mi verga y me ech� sobre Juan, refreg�ndome contra su
pecho y barriga y qued� empapado con su leche.
Despu�s de un merecido descanso, decidimos ducharnos para
refrescarnos y limpiarnos de tanta leche y sudor. Nos
enjabonamos mutuamente y, en poco rato, ya est�bamos calientes
y totalmente empalmados. Me puse un forro, apoy� la espalda
contra la pared y lo invit� a Juan a darse vuelta y a apoyar
el agujero del culo en mi verga, lo que hizo a toda prisa.
Juan es un poco m�s alto que yo; de modo que para que la raja
del culo estuviera a la altura de mi verga tuvo que flexionar
sus rodillas y arque� sus caderas, mostr�ndome sus nalgas
redondas y duras en todo su esplendor. �Qu� morbo me dio ese
espect�culo! Ver a ese guapo, tan varonil y machote, haciendo
todo eso para que su culo estuviera en la posici�n correcta
para que lo ensartara con mi verga, me puso fuera de m� y se
quej� de mi brutalidad cuando se la met�. Me calm� porque no
quer�a hacerle da�o. Entonces �l me pidi� que me estuviera
quieto y empez� a moverse hacia atr�s y adelante y en torno a
mi verga. Aquello era el para�so. Estir� los brazos y le
pellizcaba los pechos. Juan empez� a ronronear y dec�a: �s�,
apri�tame las tetas y d�jame culear que quiero sentir tu verga
llen�ndome el culo, quiero hacer yo mismo el mete y saca,
quiero darme yo mismo con tu verga�. Ante semejante
tratamiento, mi calentura fue subiendo hasta que le dije:
�Juan, si sigues as�, voy a largarte la leche en el culo�. Si
decir nada, se retir�, se agach� frente a m�, me sac� el
cond�n y empez� a mamarme furiosamente, mientras �l se
pajeaba. La explosi�n de leche fue simult�nea. La suya cay� en
grandes chorros sobre mis piernas aunque el primer y fuerte
chorro me qued� pegado en mis huevos. �l no se trag� mi leche,
la dejaba que chorreara fuera de su boca, lo que me result� un
�espect�culo porno� de alto nivel.