Placer Con Mi Mejor Amigo Y Supuestamente Hetero

Hola a todos, me llaman Jos�, tengo 22 a�os, de siempre me han gustado los
chicos, ya con 13 a�os empec� a tener experiencias homosexuales. Aunque tambi�n
he estado con chicas, y me he enamorado de varias, pero prefiero los chicos, y
siempre que veo alg�n chico que me gusta, imagino lo mucho que disfrutar�a con
�l, y cuando me pajeo lo hago record�ndolo.

Desde hace tiempo, tengo un diario rom�ntico-sexual, donde plasmo mis
experiencias con chicos, y ahora os contar� una de mis experiencias. Mientras lo
cuento, me pajear� pausadamente, y quien quiera, que se pajee al leer.

Cuando ten�a 20 a�os, fui una semana de vacaciones con mi amigo Javi, �l
entonces tenia 18 a�os reci�n cumplidos, �ramos muy amigos, tanto que nos
bes�bamos en los labios con la boca cerrada, incluso lo hac�amos delante de su
novia, a la cual no parec�a molestarle.

Durante esos d�as ocurri� algo incre�ble, nos duch�bamos juntos como otras
veces, pero en estos d�as a m� se me pon�a tiesa, lo cual me incomodaba, pero ni
�l ni yo hac�amos referencia a dicha circunstancia. He de decir que desde un par
de semanas antes, empec� a notar que sent�a algo m�s que una gran amistad por
�l.

Una de esas noches me llev� una gran sorpresa. Despu�s de haber estado de marcha
como de costumbre, abraz�ndonos, bes�ndonos, riendo, y charlando. Llegamos al
lugar donde �bamos a dormir. Nada m�s cerrar la puerta de la habitaci�n, empez�
una fant�stica fiesta �ntima entre los dos. Sin mediar palabra, �l me abrazo
apasionadamente y me bes�, pero esta vez, el beso era diferente, puesto que se
trataba de un morreo con lengua, y el abrazo iba acompa�ado de caricias. Para m�
esto era todo un manjar, un sue�o hecho realidad, as� que me apasion� con tan
deliciosa sorpresa.

Permanecimos abrazados unos minutos, durante los cuales, tanto el dulce morreo
con lengua, como las apasionadas caricias, no cesaron ni un instante, mi polla
estaba dur�sima. Nuestros paquetes estaban tan pegados que �l y yo not�bamos
c�mo palpitaban nuestras pollas, como si se quisiesen entrelazar, tal como
entrelaz�bamos nuestras juguetonas lenguas.

Al rato, �l me empez� a desnudar, quit�ndome la camiseta, una vez mi pecho qued�
al descubierto, inici� las caricias sobre mi piel, y a sobarme las tetas, en
ocasiones, con los dedos, estiraba ligeramente mis pezones, que estaban algo
endurecidos. Y a todo esto, yo dirig� una mano a su culo, estruj�ndolo
gustosamente, a la vez que prosegu�amos morre�ndonos con gran pasi�n.

Est�bamos disfrutando plenamente del momento, nuestros cuerpos se separaron
moment�neamente unos instantes, para as� �l poder desabrochar mis pantalones, y
una vez desabrochado, introdujo una mano por debajo de mis slips para sobarme el
paquete. Sentir c�mo su mano acariciaba mi polla y huevos, fue maravilloso, yo
le hice lo mismo a �l, pero sobre su pantal�n en unos primeros instantes, y
posteriormente le baj� la cremallera para sobarle el paquete sobre sus slips,
era incre�ble aquello, ten�a en mi mano su polla y huevos, esa polla y huevos
que tantas veces hab�a visto con anterioridad, ya era para m�.

Cada vez estaba m�s caliente, estaba a un paso de tocar directamente su polla de
20 cm aproximadamente, sab�a que era tan grande al hab�rsela visto a veces
empalmada mientras dorm�a. Sus maravillosos huevos estaban a mi disposici�n,
para masajearlos con deleite, esos huevos ciertamente grandes, que en muchas
ocasiones hab�a contemplado c�mo colgaban, los notaba ligeramente endurecidos.
Sus labios, que infinidad de momentos hab�a besado, eran sensualmente carnosos,
y ahora los pod�a saborear plenamente, d�ndole chupetones, pas�ndole la lengua
de forma apasionada.

Mientras gozaba de ese maravilloso momento, con una mano le quit� la camiseta,
ya era para m� su magn�fico t�rax, ligeramente fibrado, y que tantas veces mis
ojos hab�an inspeccionado, iba a tener el placer de sobrar con mis manos y
podr�a deleitarme d�ndole cari�osos chupetones, lo cual no tard� en hacer, era
como so�ar en la realidad, recorr� todo su t�rax d�ndole amorosos chupetones, y
lami�ndole apasionadamente, en especial sabore� sus tetas, que en algunos
instantes mordisque� gustosamente.

Sin olvidar sus estupendos brazos, algo musculosos, con los que tambi�n
disfrutaba a base de chupetones y sob�ndolos a todo lo largo que eran, desde el
hombro hasta la mano, donde entrelazaba mis dedos con los suyos. En determinados
instantes, le levantaba el brazo hasta poder llegar con mis labios a su sobaco,
una vez all�, lo besaba, lo lam�a, y le daba chupetones.

Los dos est�bamos empalmad�simos, �l me segu�a sobando el paquete a�n
aprisionado por los slips, pero no tard� en baj�rmelos por completo, de forma
que mi polla y huevos ya estaban a la vista, y comenzaba a pajearme
pausadamente. De tanto en tanto se ensalivaba la mano con la que me estaba dando
placer en la polla, eso me estremec�a de gusto. Y simult�neamente comenz� con la
otra mano a acariciarme por distintas partes de mi cuerpo, la cabeza, la cara,
el t�rax, la espalda, por la cual bajaba hasta llegar al culo, donde
especialmente se entreten�a, estruj�ndome las nalgas de una forma bestialmente
deliciosa, y sobando con los dedos el agujero, hasta llegar a introducirlos un
poco, era de f�bula notar c�mo sus dedos se introduc�an dentro de m� a trav�s
del agujero del culo.

Su polla cada vez palpitaba m�s, as� que le baj� los pantalones y slips, e
inici� una suave masturbaci�n, mi mano sub�a y bajaba pausadamente para as�
pajearlo por completo, era maravilloso estar pajeando esa polla de 20 cm, y de
cierto grosor, con un sonrosado prepucio que sobresal�a cada vez que bajaba su
piel abajo, el sube y baja lo hac�a a conciencia, desde abajo del todo a arriba
por completo, y al igual que �l, yo tambi�n ensalivaba su polla. Y con la otra
mano me dediqu� a estrujarle el culo con gran fervor, ese culo que en alguna
ocasi�n hab�a tocado como amigo, ahora lo estrujaba sin ropa como amante, por
fin gozaba teniendo mi mano en su precioso culo, que no tard� en explorar con
mis dedos, hasta alcanzar su ansiando agujero. A su vez, comenc� a besar y a
darle apasionados chupetones en el cuello, e incluso a mordisquear ligeramente
la oreja.

Una vez ya est�bamos completamente desnudos, nos fundimos en un nuevo abrazo,
con nuestros cuerpos tan inmensamente pegados, que no se apreciaba que fu�ramos
dos. Nuestras pollas y huevos bien juntos, flotando paquete con paquete, era
fant�stico tener en contacto polla con polla, y huevos con huevos. A la vez que
ten�amos nuestras lenguas apasionadamente entrelazadas por el gran morreo de
amor. En ocasiones hac�amos una pausa en el intenso morreo apasionado, momentos
en el que le dec�a las veces que hab�a deseado esto, lo mucho que le quer�a, lo
bien que lo estaba pasando, y lo hermoso que era. A todo esto, �l dec�a que
�bamos a gozar mutuamente de placer, hasta quedar exhaustos y secos de semen,
que nos dar�amos el uno al otro hasta la �ltima gota de esperma, y que ser�a en
abundancia, ya que los dos hac�a d�as que no nos corr�amos.

Despu�s de estar apasionadamente abrazados y morre�ndonos un buen rato, nos
sentamos cara a cara sobre la cama, entrelazando las piernas de forma que
nuestros huevos quedaban completamente pegados, y nos paje�bamos lentamente el
uno al otro, haciendo de tanto en tanto ciertas pausas en el sube y baja, para
juntar las pollas, o para golpear ligeramente una polla con la otra. Y entre
tanto, no ces�bamos en el dulce morreo de amor, desgastando el afrodisiaco sabor
de nuestras lenguas jugueteando, intercambiando los flujos salivares, con los
labios plenamente pegados. A la vez que con la otra mano, nos acarici�bamos
apasionadamente por todo el cuerpo, y sobretodo por las zonas m�s sensibles que
proporcionan mayor satisfacci�n amorosa, buscando un placer ilimitado.

La pasi�n era desbordante, y nuestras pollas estaban tan necesitadas de cari�o
que nos pusimos en posici�n id�nea para chuparnos las pollas mutuamente el uno
al otro. El que mi polla estuviese siendo mamada por mi amante, era genialmente
placentero, sentir c�mo sus labios chupaban toda mi polla, c�mo su lengua lam�a
m� glande algo dolorido por la pasi�n, c�mo en determinados instantes sus
dientes se hac�an notar levemente, y disfrutar del estrujamiento que hac�a con
sus manos en los huevos y culo, todo ello era �xtasis puro, m�s a�n cuando en
esos precisos instantes, gozaba tambi�n de su magnifica polla en m� boca, y sus
maravillosos huevos en mis manos. Esa polla y huevos eran en ese momento
completamente m�os, para disfrutar sin cesar, explorando gustosamente todos sus
contornos, incluso aquellos que pasan inadvertidos en una relaci�n de amistad no
placentera. Hab�a momentos en que nos limit�bamos a tener unos instantes la
polla en la boca del otro sin hacer movimiento alguno, simplemente manteniendo
la polla dentro de la boca, y sobando dulcemente los huevos. Era como si en
aquellos precisos momentos plasm�ramos una promesa de amor infinito, amor del
uno para el otro, de manera ilimitada, sin nada que lo pudiera aniquilar o
relativizar. Sin duda, era tan s�lo la demostraci�n de nuestro evidente gran
amor.

Nos las estuvimos mamando mutuamente un buen rato, s�lo ces�bamos en la mamada
para reflejar con palabras todo lo maravilloso que era aquel apasionado placer
mutuo. Palabras entrecortadas por todo el amor que flotaba en el ambiente, y por
todo el gozo que est�bamos disfrutando. Diciendo cosas como: "un sue�o hecho
realidad", "cu�nto deseaba esto", "lo mucho que te quiero", y cosas parecidas, y
tambi�n diciendo: "c�memela toda", "sigue cari�o", "chupa, chupa", "dame toda tu
leche", y m�s de lo mismo.

Despu�s, �l me puso en posici�n para ser apasionadamente follado, posando mis
piernas sobre sus hombros, y con tal de facilitar la penetraci�n de su gruesa
polla en mi deseoso culo, inici� la perforaci�n del culo, introduci�ndome
algunos dedos, dedos bien humedecidos con mi propia saliva, puesto que con
anterioridad me los hab�a metido en mi boca. Una vez mi culo ya comenzaba a
dilatar, se dedic� a sobar mi preciado agujero con la punta de su polla, no
tardando en ir meti�ndola poco a poco, al principio sent�a algo de dolor con sus
embestidas, pero enseguida aquel dolor inicial se convert�a en placer,
disfrut�bamos de aquellas apasionadas embestidas de su dura y gruesa polla en mi
ansiado culo. Cada vez las embestidas eran m�s r�pidas y profundas, todo yo me
estremec�a a cada una de sus salvajes embestidas, y con mis manos estrujaba su
precioso culo. En determinados instantes dejaba de embestirme, y con su polla
bien introducida en mi culo, se inclinaba hasta llegar su boca a la m�a, momento
en el que nos morre�bamos con gran amor, entrelazando desenfrenadamente las
lenguas, y chupete�ndonos mutuamente los labios. A su vez nos acarici�bamos el
uno al otro, acarici�ndonos pr�cticamente todas las partes de nuestros cuerpos,
incidiendo especialmente en los puntos m�s sensibles de disfrutar placer.

Tras gozar de tanto placer, una vez �l estaba a punto de correrse, ces� en la
follada, sacando su polla de m� culo, e instantes seguidos comenz� a eyacular
salvajemente como un desesperado de placer, chorro tras chorro de semen, en gran
abundancia, de bastante consistencia, y saliendo con cierta presi�n, llegando
los primeros chorros hasta mi cara, me obsequi� con toda su leche, empap�ndome
de esperma la cara y todo m� t�rax, incluso me enlech� la polla y huevos.

Seguidamente, nos volvimos a poner de forma que mientras yo lam�a su polla para
saborear los restos de su leche, �l me masturbaba con deleite, y as�
permanecimos un buen rato, puesto que en ocasiones interrump�a la fabulosa paja
para chuparme la polla y huevos. El placer era inmenso, y culmin� con una buena
corrida, toda mi leche fue en direcci�n a la cara de mi amado, quedando bien
mojado por mi semen.

Una vez me hab�a corrido hasta la �ltima gota de semen, y despu�s de que mi
amado me lamiese la polla a conciencia para degustar m� leche, nos estiramos en
la cama fundi�ndonos en un cari�oso abrazo, entrelazando nuestras piernas,
flot�ndonos paquete con paquete, y deleit�ndonos en un profundo morreo,
jugueteando lengua con lengua. Y as� permanecimos hasta que rendidos de placer,
nos dormimos dulcemente.

Al d�a siguiente, al despertar, permanec�amos abrazados, y tal como est�bamos,
nos bes�bamos y acarici�bamos cari�osamente, coment�ndonos el buen rollo de lo
que hab�amos gozado los dos. Tras esa experiencia, nuestra amistad era mucho
mayor que nunca antes.


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