Me llamo Rai, tengo 28 a�os y esto ocurri� cuando ten�a 19. Yo era un
chaval t�mido, med�a 1'80 y pesaba unos 75 kgs, desde hac�a tiempo sab�a
que mi pasi�n eran los hombres, pero los hombres tipo "machomen", es
decir, fuertotes, nada delgaduchos y con mucho vello.
Jose Antonio ten�a en aqu�l entonces 20 a�os, med�a sobre 1'86 y era
fuerte como el que m�s, pero no con m�sculos fibrados, sino fuerte porque
s�. Adem�s, estaba muy bien desarrollado para su edad. Yo en la playa
hab�a tenido la ocasi�n de verle en ba�ador y la verdad es que me mor�a
por su cuerpo enteramente recubierto de vello. Es moreno, siempre lleva la
barba de dos o tres d�as, lo que lo hace muy atractivo. El �nico problema
es que era el que llevaba m�s tiempo con la novia en nuestra pandilla,
adem�s era el t�pico chulito machista, en definitiva todo un hombre.
Una tarde hab�amos quedado toda la pandilla pero nadie apareci� excepto
nosotros, por lo que decidimos irnos a mi casa a merendar y jugar un rato
al videojuego. Mientras merendabamos pusimos la tele, y a eso que sal�o
una pel�cula con escenas de cama, pero nada porno, casi no se vi� nada, el
caso es que empez� a decirme que con su novia no consegu�a nada, que era
de la t�pica que pensaba que deb�a llegar virgen al matrimonio. Empez� a
comentarme sus fantas�as y empec� a ver como un hermoso bulto iba
apareciendo en su entrepierna. Yo intentaba disimular, pero iba creciendo
sin cesar. De pronto me dijo:
� Rai, somos amigos desde peque�os y me he dado cuenta de que te van los
t�os, he notado como me miras, as� que te propongo pasar una tarde de
diversi�n, as� yo me quito el calent�n y tu haces realidad tus sue�os.
Yo me qued� de piedra, le dije que no, que a m� me iban las t�as, pero
entonces �l empez� a manosearse el paquete, y mi excitaci�n iba
aumentando. Me dijo:
� Vamos, no te lo pienses m�s, agachate y lib�rala.
Entonces acced� y como un loco me arrodill� y liber� aquel trozo de carne
que tanto hab�a ansiado poseer. Cuando baj� la cremallera y el
calzoncillo, sali� disparada aquella hermosa pieza que deb�a medir unos 22
cm. Mam� y mam�, pero me dijo que no se quer�a correr tan pronto, as�, que
dej� descansar para que se le bajara un poco los �nimos, aprovech�
entonces para lamer cada cent�metro de su cuerpo que tan estudiado ten�a.
Empec� por la boca, su lengua se enlaz� con la m�a, y as� estuvimos un
buen rato, luego empec� a bajar, le arranqu� la camisa y vi su pecho
peludo, mam� sus tetillas, que con el roce de mi lengua se hab�an puesto
tiesas, luego segu� el cord�n de pelos que llevaba justamente hasta su
ombligo, all� me qued� un buen rato, para despu�s volver a subir y
levantarle los brazos, ante m� hab�a unas axilas pobladas del m�s negro
pelo, las cuales lam� sin cesar.
Le quit� los deportes, los calcetines, y empec� a mamar los dedos de los
pies, ten�a unos pies enormes (calzaba el 48), luego sub� por sus piernas,
grandes y peludas, hasta que de nuevo llegu� a su polla, no sin antes
deternerme en sus hermosos huevos, primero uno y despu�s otro, lo �nico
que no pude mamar fue su culo, me dijo que ah� estaba prohibido, aunque me
hart� de magrearlo mientras mamaba su polla. �l empez� a follarme en la
boca, era magn�fico sentir el golpe de sus cojones en mi cara. Me dijo que
me desnudara que quer�a partirme en dos, empez� a meterme primero un dedo,
luego dos, incluso me dilat� tanto que lleg� a meterme tres de sus enormes
dedos.
Entonces me abri� las piernas y sin ninguna compasi�n me di� una
arremetida de forma que grit� de dolor y pasi�n a la vez, mis sue�os se
estaban haciendo realidad. As� estuvo un buen rato, hasta que me dijo que
estaba un poco cansado que trabajara yo un poco. As� que se sent�, yo me
sent� sobre �l y empec� a cabalgar, arriba, abajo, a la vez que nos
fund�amos en un beso o mientras yo magreaba su lindo pecho velludo. Cuando
nos hartamos de esta posici�n, nos fuimos a la cocina, me tumb� bocarriba,
puse mis piernas sobre sus hombros y empez� a bombear de una forma
extrema, notaba como su ritmo se aceleraba, estaba claro, llegaba el
momento, y dando un grito impresionante, se corri� dentro de m�, os
aseguro que es una sensaci�n �nica, notar como los chorros de leche salen
y corren por tu culo.
Cuando termin� de correrse, me dijo que le limpiara la polla, as� que eso
hice, se la dej� reluciente, mientras saboreaba su rico jugo. De pronto me
dijo, eres un puto, te mereces una meada, as� que empez� a mearse en mi
cara, fue una experiencia que nunca se me hab�a pasado por mi imaginaci�n,
pero he de decir que me volvi� loco, sentir ese chorro a presi�n
calentito. Cuando termin� me dijo, a�n no estoy satisfecho, as� que de
nuevo nos fuimos al sal�n, �l se tumb�, me dijo:
� Recorre mi cuerpo y detente en mi polla, y ord��ala hasta que encuentres
premio
As� lo hice, y su segunda corrida fue a�n mejor, para asegurarse de que no
se escapaba nada me agarr� la cabeza de modo que tuve que tragar. Nos
vestimos, y no hemos vuelto a hablar del tema. Hoy d�a tengo mi novia y
soy muy feliz, aunque todav�a me pajeo pensando en aquella tarde.