Una Dura Academia Militar

Fueron duros los a�os en la Academia. La vida all� se convirti� en un universo
paralelo. Las cosas de dentro se reg�an de un modo diferente. En el aspecto que
m�s me gustar�a resaltar las diferencias con el exterior es en el sexual. La
actividad sexual entre los cadetes era vertiginosa. Si nos ata�emos a las cifras
habituales del 10%, all� dentro hab�a m�s homosexuales de lo normal. Pero no
podemos calificar de homosexuales a todos los que practicaban sexo con sus
compa�eros en la Academia. Se trataba simplemente de j�venes con un alto
impulso sexual que no ten�an m�s remedio que conformarse con lo que all�
hab�a, pero que si estuvieran en sus casas follar�an con las ni�as de sus
pueblos o sus barrios y el contacto con otros chicos no estar�a contemplado
en sus vidas. Cuando llegamos cadetes nuevos, los veteranos nos contemplan
como carne fresca. Pero a ellos les es dif�cil acceder a nosotros porque, sobre
todo al principio, nos tienen muy controlados. As� es que no es nadie de fuera
quien induce a las primeras relaciones sexuales. Todo empieza en las duchas,
pasan los d�as y los referentes externos a la hora de hacerse pajas se van
perdiendo. La gente empieza a mirarse de reojo cuando se ducha y se va
haciendo m�s dif�cil disimular las erecciones, despu�s se empieza a tomar
confianza con los amigos y las pajas se van haciendo en grupo. As� es mucho
m�s f�cil excitarse, viendo los miembros enhiestos de los chicos que m�s te
van gustando. Siempre hay un acontecimiento que act�a de pistoletazo de
salida en las relaciones sexuales. En el caso de mi promoci�n fue una apuesta
por un pulso entre dos de mis compa�eros, Alonso y Manuel. Alonso no ten�a
mucho dinero y por tanto quer�a que apostaran otra cosa. Primero apostaron
que quien perdiera dormir�a al raso, pero parec�a algo poco imaginativo y sin
riesgo. La gente empez� a proponer otras cosas hasta que alguien, no recuerdo
bien qui�n era, propuso algo bastante duro. En principio su propuesta parec�a
pasarse de la raya, pero a medida que iba avanzando la noche Alonso y Manuel
acabaron decidi�ndose por ella. La apuesta consistir�a en que quien perdiera
se meter�a por el culo una de las porras de instrucci�n. Manuel fue el que
perdi� y Alonso a�adi� a su castigo que ser�a �l quien le introducir�a la porra
y no parar�a hasta que Manuel se corriera. Los muy brutos intentaron primero
hacerlo sin nada de lubricante, cosa que fue imposible. Luego utilizaron gomina
para el pelo. Manuel, desnudo, se inclin� de pie sobre la barra de una litera,
se abri� de piernas todo lo que pudo y cogi� su polla con una mano. Alonso se
arrodill� detr�s de �l, con una mano le abri� una nalga del culo, en la otra
ten�a la porra lubricada que empez� a meterle con cuidado de no hacerle mucho da�o.
Pero pese a ir despacio Manuel daba se�ales de que le dol�a y mucho. Alonso
trat� todo el asunto desde un principio como un juego sexual, pero hab�a
algunos cadetes que no lo hab�an entendido as�, sino m�s bien como una
putada m�s de las que se hac�an all� dentro. Pero hasta los m�s bien pensados
se dieron cuenta de las connotaciones del asunto al ver a Alonso ir metiendo y
retirando poco a poco la porra de dentro de Manuel.

- Vamos Manuel aguanta, s� un hombre!
- Muy bien, ya hemos llegado hasta la mitad.
- Alonso, no puedo m�s, me vas a romper.
- Lo siento Manuel, no parar� hasta que vea c�mo te corres de gusto.

Manuel empez� a preocuparse m�s de su polla, para acabar pronto. Poco a poco
se fue concentrando y su grado de excitaci�n se fue elevando hasta cuotas
inalcanzadas hasta ese momento. Los dem�s que mir�bamos fascinados la escena
tambi�n nos excitamos, algunos optamos por retirarnos de la primera l�nea para
poder hacernos una paja con discreci�n. Alonso, con gran pericia consigui�
meterle todo el cacharro en el culo. Unos 20 cent�metros de largo por cuatro de ancho,
para ser un culo virgen se estaba portando muy bien. Finalmente mientras Alonso
sacaba la porra y la volv�a a meter con fuerza, Manuel se corri� y los dem�s con �l.
Manuel y Alonso fueron la primera pareja que se constituy�. Los dos repitieron el
jueguecito pero con sus propias porras. Yo fui el primero en descubrirlos. Cuando cre�an
que los dem�s ya dorm�amos ellos se levantaban y se iban a los retretes. Yo los
segu�a hasta all�. A Manuel le hab�a gustado mucho lo de ser penetrado as� que casi
siempre acababa recibiendo �l la polla de Alonso. Alonso quiso probar pronto lo de tener
una polla dura dentro de �l. La primera vez que lo intentaron tuvieron que desistir
porque Alonso se pon�a muy nervioso y no hab�a manera que Manuel lo enculara.
Yo, cansado de hacerme pajas solamente de voyeur,  decid� un d�a ser descubierto
para ver si me inclu�an en sus juegos. Un d�a mientras Alonso le chupaba la
polla a Manuel me acerqu� a ellos con la polla tiesa. Manuel se sobresalt� al sentirse
descubierto, pero Alonso descubri� enseguida mis intenciones. En unos segundos
ya le estaba chupando la polla a Manuel. Era la primera vez que lo hac�a y me
result� dif�cil acostumbrarme a aquel rancio sabor. Mientras tanto Alonso me
hab�a quitado del todo el calzoncillo y se dedicaba a recorrer mis huevos y mi
polla con su lengua. Estuvimos as� un buen rato hasta que Manuel cogi� mi
cabeza de repente y la apret� contra su miembro. En eso que emiti� un gemido
entrecortado y encontr� mi boca llena de su semen. Era la principal preocupaci�n
que pasaba por mi mente mientras le succionaba, pero de todas formas me cogi�
desprevenido. Tragu� parte de su leche y la otra la escup�. No era un sabor
agradable. Alonso no pudo contener la risa al ver mi cara de asco. Manuel le
mand� callar para que no despertara al resto de los compa�eros. Alonso y yo
todav�a no hab�amos acabado y �l cansado de no poder meterse la gran polla
de Manuel dentro suyo decidi� que yo, con un miembro bastante m�s peque�o,
tendr�a el honor de desvirgarlo. S�lo de pensarlo me excit� much�simo, tuve que
contenerme para no correrme antes de empezar. Alonso se coloc� boca arriba.
Manuel le sujet� las piernas en el aire para dejar al descubierto el agujero. Me
embadurn� la polla con jab�n y me lanc� a met�rsela. Alonso ten�a el agujero
muy estrecho y tambi�n a m� me cost� encularlo, pero con un poco de empuje
mi polla consigui� entrar. Alonso gem�a de gusto, no como lo hab�a hecho
semanas atr�s Manuel con la porra. Por fin estaba follando a alguien, el sue�o
de adolescente hecho realidad. El culo de Alonso apretaba mi polla muy
fuertemente. Me costaba mucho avanzar un cent�metro. Poco a poco, sudando
por los �ltimos calores de verano y el esfuerzo f�sico, consegu� llegar hasta el
final.
Alonso segu�a gimiendo de forma muy sexy. Me encantaba o�r su voz insult�ndome
con suavidad y acabando cada frase con un �s�!. Aguant� mucho rato, m�s que con
ninguna de mis pajas. Alonso se fue masturbando al mismo ritmo que mis
embestidas.
Mi polla entraba y sal�a ya como si fuera experta. En el mismo momento que sent�
como la leche de Alonso salpicaba mi pecho yo me corr� dentro de �l. En ese
instante qued� paralizado y sent� una sensaci�n de placer inmenso. El mundo se hab�a
detenido conmigo. Me sent� feliz e importante despu�s de eso. Los dos l�deres del grupo y
yo amantes. Pero no ocup� ese papel de amante muchas m�s veces. Pas� a ser su
putita, porque los dos se empe�aban siempre en encularme. Les excitaba mi cuerpo aun de
ni�o con la piel suave y ligeramente tostada por el sol. Los dos se peleaban por
mi culito y casi siempre acababa satisfaciendolos a los dos. S�lo otra vez Alonso
se dej� encular por m�. Yo acababa destrozado, las primeras veces incluso llegu� a
sangrar,pero aquellos chicos quer�an mi culo a toda costa y no fui capaz de negarme.
Ellos a cambio me ofrec�an protecci�n y relevancia en el grupo. Con el tiempo llegaron
las deshinibiciones. Los chicos con apariencia m�s joven y sensible nos hab�amos
convertido en la pieza m�s valorada por los soldados de todas las edades.
Josu�, un riojano de 17 a�os, rechaz� la protecci�n de un cabo y se cebaron con �l.
Muchas veces mientras nos duch�bamos acud�an cadetes mayores que nos hac�an salir a
todos menos a Josu�. �l se resist�a pero entre cuatro lo agarraban, lo pon�an de
espaldas sobre el suelo, le abr�an bien las piernas y un quinto se lo
beneficiaba.
Josu� era un chico muy risue�o con una sonrisa espl�ndida que le iluminaba la
cara, adem�s ten�a un olor corporal muy bueno incluso despu�s de sudar, era
fibroso y muy bien formado, no ten�a casi vello en el cuerpo y su culo era
prieto y redondeado. En definitiva, era el bocado m�s deseado. Las pollas se lo com�an
vivo, y no eran unas simples pollas, siempre eran las m�s descomunales de entre
los militares de �ltimo a�o. Tiarrones de casi dos metros que se pasaban el d�a
en el gimnasio y que no dejaban pasar una oportunidad de pas�rselo bien. A Josu� se
le o�a gritar desde el dormitorio. Uno detr�s de otro clavaban su inmensa daga
en el chaval. Corri� la voz de que era el mejor culo de la Academia y que dentro de
�l era imposible aguantar m�s de cinco minutos sin correrse. Incluso se hac�an
apuestas. De tanto dolor a Josu� le cambi� la cara, dej� de sonre�r y en pocos
meses su aspecto de ni�o se modific� por completo hasta parecer un chico de
m�s edad de la que aparentaba. Yo llegu� a follar una vez con Josu�. Los dos
est�bamos muy mal de dinero y un d�a un capit�n nos ofreci� mucha pasta a los
dos si est�bamos aquella noche en la cuadras y acced�amos a follar entre
nosotros dos. Era una exhibici�n para alg�n alto mando que permaneci� en la sombra todo
el tiempo mientras Josu� y yo actu�bamos. Despu�s de un a�o Josu� ya no era el
mismo chico de antes, pero segu�a estando muy bueno. Me impresion� mucho
observar lo dilatado que ten�a el ano. En situaci�n normal all� le cabr�an dos
pollas, y no estoy seguro de que no le hubieran hecho una doble penetraci�n alguna vez.
En nuestra follada �l tomaba la iniciativa. Mis instrucciones eran que me dejara
hacer y supongo que las que le dieron a Josu� fueron que fuera muy agresivo
conmigo. Y as� fue. Nada m�s comenzar el espect�culo Josu� me peg� una fuerte
bofetada y me hizo arrodillar para que le chupara la polla. No la ten�a muy
grande, pero era la de mejor sabor que hab�a probado nunca, aunque Josu� no me dej�
deleitarme mucho ya que me penetraba la boca con tal frucci�n que me cortaba
la respiraci�n. De vez en cuando se o�a alg�n murmullo desde la sombra, cre�
distinguir al menos tres voces. Si lo que quer�an era algo fuerte supongo que se
lo pasaron bien. Yo acab� a cuatro patas embestido muy violentamente por Josu�.
El chaval se ensa�� mucho conmigo y acab� sangrando, pero m�s se ensa�aron
despu�s  con �l. Debi� de ganar mucho m�s dinero que yo en aquello, porque el
show acab� con la aparici�n estelar del capit�n acompa�ado de un joven potro.
Josu� se puso debajo del caballo para estimular su miembro y untarlo con alg�n
lubricante. No tuvo que estar mucho rato as� ya que a los tres minutos el cipote
del potro hab�a alcanzado un tama�o descomunal. El capit�n indic� a Josu� c�mo
colocarse porque era inexperto en estas lides. Cre� intuir que el capit�n ya
hab�a conseguido m�s de una vez que un caballo se follara a un cadete. Josu� estaba a
cuatro patas sobre una plataforma con la altura id�nea para el animal. El
capit�n fue acercando al potro hasta que su miembro entr� en contacto con las nalgas del
muchacho. El potro parec�a no entender cu�l era su papel en ese momento as� que
el capit�n era quien guiaba la tranca del animal hacia el ano de Josu�.
Estuvieron en esas unos diez minutos hasta que el potro se fue excitando con el roce de
aquel culo. Entonces empez� a embestir, primero t�midamente, pero lo suficiente para
que su cipote se instalara dentro del cadete. El caballo dio alg�n relinche,
supongo que de placer y embisti� m�s fuerte. Josu� aguantaba con fuerza todo lo que
pod�a mientras no pod�a reprimir constantes gemidos entregritados. El capit�n estuvo
atento y cuando las embestidas del potro empezaban a ser humanamente
irresistibles hac�a relajar el ritmo del animal que no sacaba su miembro de
Josu�.
As� el caballo reprend�a de nuevo la acci�n durante unos minutos hasta que el
capit�n lo paraba y vuelta a empezar. Josu� lleg� a tener m�s de medio
descomunal cipote dentro de �l, sudaba much�simo y ten�a la cara enrogecida por el dolor.  
Cerraba los ojos y llegu� a intuir placer en sus facciones. Para soportar todo
aquello, seg�n me dijo Josu� despu�s, lleg� a autosugestionarse hasta el punto
de creer que era una llegua y tengo que decir que a la vista de aquello bien
pareci� as�. Lleg� un momento en que todos los asistentes a aquel espect�culo nos
olvidamos de las diferencias entre las especies y s�lo vimos dos seres en perfecta armon�a
sexual. Finalmente, en sus �ltimas embestidas el potro se desboc�, no acepto las
�rdenes del capit�n e incluso cre� intuir, aunque no estoy seguro por el frenes�
de la situaci�n, que el miembro del animal desapareci�, por momentos, completamente
en Josu�. Afortunadamente el potro no tard� mucho en correrse y aquello no
alcanz� la gravedad a la que pod�a haber llegado. Josu� y el caballo se unieron
en un mismo relinche y un reguero de semen corri� por el ya ensangrentado esf�nter
del chaval hasta gotear en el suelo.

Josu� pas� dos meses en la enfermer�a, m�s tiempo del que tard� en recuperarse.
Aquellos d�as de m�s eran un premio a lo satisfecho que hab�a quedado de su
actuaci�n aquel alto mando que estuvo en la sombra.


 

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