El Niño

Recién había contraído matrimonio con la chica que mas amaba en el mundo.
Ella se encontraba embarazada, lo cual apresuro las nupcias e hizo que yo dejara la universidad y
buscara trabajo para mantener a mi nueva familia. Mi salario era modesto y
apenas me permitía cumplir con las obligaciones contraídas, las cuales (al menos
eso creo) asumía con responsabilidad. Así fue que, al mes de casados,
encontramos un lugar para vivir... no nos gustaba incomodar en casa de mis
padres. Conseguimos una habitación en una residencia de aquellas en las que
conviven varias familias (una "vecindad", como dirían en México). Ahí conocí a
una señora que vivía con sus tres niños. El mayor de ellos se llamaba Fabián y
solo tenia 12 años (yo tenia 20). Pues resulto que con Fabián llegamos a ser
grandes amigos. Una que otra tarde que yo no tenia trabajo nos juntábamos en mi
cuarto para ver videos, jugar Monopoly o conversar de mis hazañas como semental
en mis recientemente acabados días de soltero. Mi esposa casi no estaba en casa,
pues tuvo un embarazo difícil y decidimos que estaría mejor atendida en casa de
su madre; así que Fabián y yo nos quedábamos jugando o charlando hasta quedar
dormidos. Sus padres aprobaban que se quedara a dormir en mi cuarto pues, claro,
no habían malas intenciones y, además, deseaban que yo continuara compartiendo
esa amistad pues el niño era muy tímido y casi no tenia amigos en su colegio.
Cierta noche, Fabián encontró entre mis cosas un video pornográfico que habíamos
comprado con mi mujer. Sus ojos por poco se desprendieron y, con una sonrisa
picara y escondiendo la cinta detrás de su espalda, me pregunto si podíamos
verlo, que el solo había visto revistas de chicas desnudas pero nunca había
observado la "acción" de una relación sexual. Finalmente me convenció. "Solo
cinco minutos" , le dije; pero, ¡obvio!, vimos la hora y media que duraba el video
de cortos pornográficos. Durante la proyección, al principio no hubieron
comentarios. Fabián apenas reía y yo dudaba si lo que estaba permitiendo era lo
correcto. Después comenzaron las bromas y las preguntas. "Que podrá sentir
ella..."-decía Fabián-"cuando ese tipo se la mete". Y continuo : "Y que sentirá
el cuando ella se la chupa?". Yo, sin dudarlo le dije: "Es una sensación
indescriptible!". Luego el me contó que nunca siquiera se había masturbado y me
pregunto que era lo que tenia que hacer. Por supuesto, sus comentarios, sus
preguntas y sus caricias a si mismo mientras me hablaba me habían ya excitado al
máximo y a mi me encantaba hablar del tema pues me recordaba a mi época de
extrema obsesión por conocer el sexo. Entonces le explique que la masturbación
consistía en tomar "la sartén por el mango" y subir y bajar la mano hasta
eyacular. "Tu te hechas pajas?", me pregunto. "Si. De vez en cuando", respondí
con la cara casi ruborizada por la pregunta y por tan mentirosa respuesta. Fue
entonces cuando me pidió que le mostrase el procedimiento, a lo que accedí casi
de inmediato por lo empalmado que estaba. No era nada nuevo verme desnudo para
el, pues hasta compartíamos la ducha de vez en cuando; pero cuando la vio,
parada como un mástil, se quedo sin palabras (y no la tengo muy grande). "Anda!,
Carajo que estas arrecho !!!". Yo ya no le hice caso y tomando mi polla le dije
"Así se hace, niño. Aprende en vez de poner esa cara". El intercalaba miradas
entre la TV y mi pene. Yo, me di cuenta sin querer aceptarlo, que ya no
observaba el video, sino la claramente parada varga de mi joven amigo. "Y, Tú?.
Ya sabes como hacerlo. Bájate el pantalón". Sin decir una palabra, Fabián, que
estaba recostado en mi cama, se desabrocho el cinturón, desabotono su pantalón,
se quito los zapatos, dejo resbalar sus jeans y calzoncillos, se quito la
camiseta y, quedando totalmente desnudo, con una polla parada de unos 10
centímetros pero mas gruesa que la mía, se acerco al lado de la cama en el que
yo estaba sentado, se arrodillo en el suelo y comenzó a darme una inolvidable
mamada. Era obvio que no tenia experiencia... eso lo hacia mas interesante, pues
sus dientes hasta lastimaban mi miembro mientras yo no volvía de mi asombro. "Te
dije que te hicieras una paja, no que me chuparas el pene", le dije entre
nerviosas risas. El dejo su trabajo y me dijo que deseaba saber que sentían las
chicas del video. Continuo chupándome hasta que, a punto de correrme, saque mi
pedazo de su boca y termine sobre el piso, rociando sin querer su cuerpo desnudo
con algo de mi semen. Luego fui al baño y, al volver el ya estaba masturbándose
sobre la cama, moviendo su mano a mil por segundo y gimiendo con su blanca voz
de niño. Esa escena, lógicamente, me conmovió; sintiendo dentro mío pena,
culpa, orgullo por haber iniciado a Fabián en el sexo y, claro, una calentura
que, por mas que quiero, hasta ahora no puedo evitar. Al verlo así mi polla
comenzó a crecer de nuevo. Me desnude y me metí en la cama. Le invite a cubrirse
con las cobijas y el, sin soltar un instante su pito, encontró la manera de
llegar a mi lado. Así estuvo por unos cinco minutos, mientras yo lo acompañaba
con una similar meneada de palo. Hasta que ya no pude mas y se la chupe. Estaba
mas caliente que un fierro ardiente, mojada por la transpiración. Al poco rato
comenzó a correrse por primera vez (transparente, nada espeso... hasta creí que
se estaba orinando en mi boca). Eso lo volvió loco. Cansado dejo caer su cuerpo
entre las sabanas mojadas de la cama matrimonial. Tomo unos cuantos respiros
profundos y, ante mi sorpresa, me dijo "Gracias a ti ahora soy todo un hombre".
El video que veíamos ya había retrocedido hasta el inicio. Se levanto y,
presionando "Play", me miro, se acerco y volvió a chuparmela. Así estuvimos toda
la noche, hasta las 6 de la mañana. Y no parábamos. La ultima corrida de Fabián
fue blanca y espesa y los dos estuvimos de acuerdo : "Lo logramos!!!".
Los siguientes meses continuo nuestra apasionada relación, hasta que nació mi
hija. Esa fue la excusa para dejar la casa y "buscar un lugar  mejor".

 


 

[ LISTA DE RELATOS ]

 


free hit counter