ACAMPANDO EN EL PATIO TRASERO

Era 1982 y yo ten�a 12 a�os. Una tarde, mientras me encontraba en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, visitando a unos primos durante las vacaciones, a mi primo Roger se le ocurri� instalar una carpa en el patio trasero de su casa (un jard�n que contaba con �rboles frutales y suficiente espacio). Me invit� a pasar la noche en la tienda junto a �l y a un amigo suyo, de nombre �ngel. Ambos ten�an 14 a�os y me atra�a la idea de dormir con ellos, adem�s de sentirme �honrado� por haber sido tomado en cuenta por �los chicos mayores�.
Yo, por aquel entonces, ten�a poca idea sobre el tema sexual. Ni siquiera se asomaban los primeros indicios de transformaci�n en mi cuerpo.
Cuando lleg� la noche, tal como acordamos, los tres nos metimos en la carpa, solo iluminados por una linterna y seguros de estar bien apartados de la casa, garantizando nuestra privacidad, pues no pod�amos ser escuchados por mis t�os.
Estuvimos un rato hablando sobre chicas (la verdad es que yo escuchaba mientras ellos hablaban) y �ngel toc� el tema del sexo, expresando fantas�as relacionadas a una chica que hab�a conocido en una fiesta. Entonces mi primo me pregunt� ��Vos te pajeas?�, a lo cual no supe qu� responder, pues no sab�a el significado de la palabra.
�ngel se ri� ante mi reacci�n y le dijo a mi primo: �es muy chico... no lo jod�s�.
Yo insist� en que me explicaran y mi primo me dijo �o sea, si te meneas la verga... si te sacudes el pichi�.
Algunas veces hab�a experimentado el placer de tocar mi pene, en la intimidad, as� que ten�a una vaga idea de lo que quer�an decir. Le dije que s� y �ngel me dijo: ��Nos la hacemos juntos?�.
Aquello me pareci� inmoral, fuera de toda discusi�n, por lo tanto expres� mi desacuerdo y me introduje a la bolsa de dormir, ruborizado y casi ofendido.
��Bah!, que duerma el pelao�, dijo mi primo. �Yo no aguanto y me pajeo aqu� y ahora�.
�ngel baj� la voz y susurrando le dijo a Roger: �espera que duerma el primito. Despu�s nos la hacemos juntos�.
Yo, claro, escuch� todo lo que pasaba. Fing� haberme dormido y ellos, despu�s de una mano de cartas, al creerme roncando, decidieron emprender su travesura.
Con los ojos semi abiertos vi que mi primo se despojaba del short y la polera (no era nada nuevo pues lo hab�a visto desnudo unas cuantas veces). Con un ligero movimiento logr� ver que �ngel hac�a lo mismo. Al ver su cuerpo tan bien marcado por la actividad f�sica, inmediatamente se me par�. Despu�s, el chico se despoj� del pantal�n y el calzoncillo, quedando en pelotas, lo cual llev� mi excitaci�n a niveles insospechados.
Ambos, desnudos, se acomodaron junto a mi, acost�ndose sobre la bolsa de dormir que se encontraba a mi derecha. �ngel y Roger comenzaron a pajearse, cada uno por su lado.
Yo observaba todo asombrado, mientras mi mano tocaba, casi involuntariamente, mi pingo de 12 cent�metros que ard�a en deseo de ser part�cipe de aquel �experimento�.
De repente, mi primo dijo ��Voy a acabar!� y �ngel, sin dudarlo, acerc� su boca a la verga de Roger para tragar todo el semen que sal�a a borbotones de tan precioso pene en erecci�n. Cuando �ngel se acomod� para recibir en su boca la leche se su amigo dej� su culo levantado y empinado, a unos 10 cent�metros de mi rostro, permiti�ndome observar, sin saberlo, lo maravilloso de sus nalgas redondas e incluso pude ver su ano rodeado de pelos.
Mi primo gem�a mientras �ngel termin� por engullir aquel palo, acercando su culo a�n m�s a mi cara.
No aguant� m�s y, sin pensarlo, cerr� los ojos y comenc� a lamer el ano de �ngel mientras me masturbaba fren�ticamente.
Sent� su reacci�n de sorpresa cuando, tras unos segundos, apret� el esf�nter, sin saber qu� ocurr�a. Abr� los ojos y me encontr� con la mirada de ambos. Mis dos compa�eros de carpa me observaban at�nitos. Me separ� del trasero del muchacho (el m�s bello que jam�s conoc�) y, despu�s de unos segundos, solo atin� a decir: ��Qu�?... �ahora se escandalizan?... �Vamos a coger entre todos!�.
Los tres re�mos y, despu�s de unos segundos, nos dimos cuenta que la noche a�n era joven y que las posibilidades de placer entre todos eran infinitas.



 

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